Nació mi hijo y yo lloraba más que él,
cuando en el parto se mezclaron el dolor, el pánico, el placer.
Lo vi salir como un reflejo de mí mismo
nada comparable en este mundo, eso es lo más bonito.
Es como un sueño perfecto hecho realidad,
miro los ojos de mi niño y se me van todos los males sin más.
Ya lo entenderás yo compito conmigo mismo,
la misión es no fallarme y no fallar a los míos.
En el camino millones de ilusiones en el borde
la vida es un free style, no entiendo de calculadoras, brother.
Me enamoré de algunos ojos, unas cuantas bocas
alguna que otra lengua pero de muy pocos corazones.
Infinito peso, siento por esto y esa es la clave.
Un buen padre vale más que 100 maestros.
El fin en la vida no es competir a toda costa,
es conseguir que tu familia de ti se sienta orgullosa.
Es un legado, estuve dentro de ti adivinando tanto,
por eso sé casi cuándo me estás pensando.
Maquiavélico y sincero y no me pienso frenar,
como los besos que se dan sin pensar, ¡mua!
Qué maravilla cuando todo fluye,
cuando la vergüenza a huye y el placer la sustituye.
Mas risa menos estrés, más vivir menos pensar,
más placer menos sufrir, todo tiene su final, Flowesía.