Bienvenido al lugar
donde sufren los que ayer
escucharon tus lamentos.
Bienvenido al infierno de las almas;
Bienvenido . . . No hay Dios.
Bienvenido a donde los sueños se pudren,
Bienvenido . . . al Paraíso del dolor.
La luz no existe y la oscuridad te abraza,
y no reces . . . No hay Señor.
Mira a tu alrededor,
toma lo que conseguiste,
lo que pudiste evitar siendo vos.
Mira a tu alrededor,
las lágrimas que creíste,
que no caerían por amor.
Bienvenido a donde
las penas aún no comienzan;
se disipa tu calor.
Tu castigo es ver tanto sufrimiento
en los que hoy lloran por vos.
Desde el otro lado,
un abismo sin luz;
y encerrado en tu mente y tan solo tú...
tan solo tú...