Quemaron todas las naves
para iniciar una nueva vida
pagaron cara la llave
falsa de la tierra prometida.
Pero, en lugar del Caribe,
con su bachata, con sus palmeras,
la madre patria recibe
al inmigrante por peteneras.
Y no es bona Barcelona
cuando la bolsa, primo, no sona
y gana el cholo en Madrid
menos que un perro sin pedigr,
y el mestizo por Sevilla,
va dando cantes por pesadillas,
y, si dos vascos atracan
a un farmacutico en Vigo
jura el testigo que eran sudacas.
Y cada fin de semana
tiran la casa por la ventana
marcndose un agarrado
en El Caf del Mercado
que no es lo mismo que el Tropicana.
Se matan haciendo camas,
vendiendo besos, lustrando suelos,
si pica el hambre en la rama
la tortolita levanta el vuelo.
Y, en plazoletas y cines,
por un jergn y un plato de sopa,
con una alfombra y un Kleenex
le sacan brillo al culo de Europa.
Y, el cuerpo de polica
viene con leyes de extranjera
y, al moro de la patera,
le corta el rollo una patrullera,
y, al mulato sabrosn,
le dan en toda la inquisicin,
y, al gitanito, la ola
malaje y paya le quema
el tejadillo de la chabola.
Y cada fin de semana
tiran la casa por la ventana
chilabas y desayuno
de kifi con t moruno
y escriben cartas a la sultana.
Y cada fin de semana
con sus caderas dominicanas,
compadre, una guarachita,
candomde, samba o rumbita?
o es que nunca estuvo en la Habana?
Y el coreano currela
vendiendo rollos de plimavela,
y, en bares porno el paquete
de guineano cuesta un billete,
y, al almacn del judo,
van seis niatos buscando lo,
y el ingeniero polaco
que vino huyendo del fro
ya es mayordomo del to del saco.
Y cada fin de semana
tiran la casa por la ventana
y, mientras planchan un traje,
su corazn de viaje
se va cantando La Varsoviana.
Y cada fin de semana
queda el negrito
con la ucraniana,
y bailan polca y pasito,
y soplan vodka y mojito
y vuelven trompas por la maana.