Siendo pequeña
jugó a ser princesa
soñando algún dÃa ser reina del jardÃn.
Sin nadie a su vera,
nadie quien la quiera,
hablaba con la luna para poder dormir.
Pasaron los años,
triunfos y fracasos,
pero jamás dejaste de sonreÃr.
Aunque la vida
te maltrató
fue buscar amor lo que te hizo seguir.
Asà querida Eva, no dejes de soñar,
pues es ahora cuando todo va a empezar
y pronto serás el campo de amapolas
en el que de niña solÃas cantar.
Ahora es cuando brillas.