Señora no deje a su hija con los delincuentes,
porque ellos son distintos y eso no va;
hay muchos delincuentes que usan camisa y corbata,
y dejan que les brille su traje escocés.
Ayer vi pasar a su hija de quince años,
parece que no es la misma desde que se fue;
ahora usa ropa y perfume importado,
y me mira de costado cuando usted no la ve.
Sátiros sueltos...
Cruzándola el otro día por el superpercado,
vestía un traje rojo, a todo color;
llevaba un carro lleno de bebidas blancas,
se había puesto tacos altos por primera vez.
Qué buscan estos villanos con estas princesas,
quizás encuentren en ellas satisfacción;
satisfacción, satisfacción,
sátiros sueltos, satisfacción.
Hey... señora, cuide a la nena,
un mono... la trataría mejor.