La casa frente al mar con los árboles torcidos. El prado verde y esa luz púrpura. De blanco con la piel bronceada contra el viento. En bicicleta cuando el sol descendía. Con unas flores de bugambilia que al pasar robabas para poner en mi pelo me venías a ver cada día. Educación sentimental besándote aprendí a besar cada tiempo del verbo amar lo conjugué contigo entre Z y A. Olían a limón y madera tus palabras hablando de África y del mar Báltico. Te hiciste tatuar junto al corazón dos rosas donde tu nombre y el mío iban flechados de pronto me llamaban para cenar y no podía ni casi hablar soñábamos con que nos fugábamos juntos. Educación sentimental... Educación sentimental el mundo a punto de estallar y nuestras manos otra vez leyendo en braile los caminos de la piel. A pesar de los pesares que los males que el amor trae consigo nunca olvido aquello, no.