Soy soldado revolucionario,
soy de aquellos de caballería
y si muere mi cuaco en campañas
pos me sigo entre la infantería.
Con mis cuatro cananas terciadas
bien repletas de balas sedientas
cuando estamos en pleno combate
le doy gusto a mi buen treinta-treinta.
Si me toca morir en las filas
pos pa' que he de fijarme en la vida,
mis haberes yo siempre los gasto
con mi chata las más mis consentidas.
¡Ay, chapita! si ves que me matan
tú te sigues en los cocolazos,
no más no hagas mi tumba muy honda
pa' que siga oyendo balazos.
Ya se empieza escuchar la metralla,
ya el clarín toca fuego graneado,
pero hoy o nunca, muchachos adentro,
ya verán como pelea un dorado.
Ya con esta me estoy despidiendo,
ya me voy de revolucionario,
si Dios quiere que vuelva, pos vuelvo
si no, rezan por mí un novenario