Hoy que todas la contras se han dado
y desorientado no sé lo que hacer,
pienso, acaso, si he sido un malvado
que nunca ha soñado... ni supo querer.
Y hoy que tengo ante mi cinco esquinas
de calles desiertas, pregunto ¿cuál es?,
¿dónde debo llamar?, ¿en qué puerta?,
si todas me dicen, ¡mañana, después!
Después a mí...
me dicen como un extraño...
tan luego a mí
que supe ser un hermano.
Que amargo es
el estar desorientado
al no encontrar una mano
yo que tanto me brindé.
Después a mí,
que con los sueños desechos
soy capaz de abrirme el pecho
para dar mi corazón.
Y a esos otros, que al verme caído,
tocándose el codo, se dicen: ¿Quién es?
Yo les digo: que soy un perdido,
porque he derrochado mi sueño y mi fe.
Y hoy que tengo ante mi cinco esquinas
de calles desiertas, pregunto ¿cuál es?,
¿dónde debo llamar?, ¿en qué puerta?,
si todas me dicen, ¡mañana, después!