La conocí en un bar de Madrid
donde bebes champán y te sabe a Coca-cola.
Se me acercó y me invitó a bailar
y con la voz muy grave dijo "me llamo Lola".
Noté algo raro pero no me importó
cuando me abrazó el cielo se me abrió.
Lola.
Y bailé con ella sin pensar
lo que venía después, lo que podría pasar con Lola.
Lola.
Y con las burbujas del champán
debajo de la luz artificial
aquella invitación sonaba bien
sentado en sus rodillas acepté.
Y me tapé los ojos para no ver
que era una voz de hombre en unas curvas de mujer.
Lola.
Mira qué piernas tiene esa chica
cómo te llamas, no es Carolina.
El mundo entero sabe bien quién soy
soy un hombre de verdad así como Lola.
Lola.