Leia, dulce meiga, adoro tu República.
Nos quieren en silencio y además
No hay naves para huir.
Con una pizca de moralidad
Con un aire de superioridad
Con una quemazón.
Leia, dulce reina, qué bien supiste envejecer.
Los pliegues y las manchas de tu piel,
Medallas de tu ayer.
Sé la puta de tu decisión,
La cobardía de callar
Con una creación.
Quiero que me mientan otra vez
Y que me aclaren qué puedo creer.
¿Dónde puedo hablar?
¿Y cómo calcular
La plata justa para amanecer traidor?
El oro justo para hacerle su canción.
Criptomonedas falsas
En el imperio de la post-verdad.
Y no hay más verdad.
Cortan mis palabras las ideas retorcidas
Pervertimos las fronteras de mi
Leia, dulce reina, ya soy un holograma más.
Preparo las maletas y al final
No hay héroes por aquí.
Meto mis palabras, si difieres.
Otro rebelde más
En La Resistencia.
Reventamos tus ideas
Pero somos todo,
El perfecto entrenador.
El Imperio me quiere a sus pies,
Me dirán en qué puedo creer.
¿Dónde puedo hablar?
¿Y cómo respirar
La plata justa para amanecer canción?
¿Sin causa justa, dónde queda una traición?
Criptomonedas falsas
En lo sucio de la post-verdad.