En un retrato en la pared
cuelga la risa de mi amor
mientras empieza a amanecer.
No pongo flores a sus pies
no me permito profanar
sus ojos dueños de mi fe.
Entre sus ojos y el aroma del café
bosteza el día, le pongo alas,
vuelvo a nacer.
Mi alma loca y mi alma cuerda
se reconcilian y le cuentan
sobre el país o esta canción
y voy al mundo con mi amor.
En un retrato en la pared
cuelga la risa de mi amor,
la calle toda está a mis pies.
Ciudad, amante desnudez
tus manos saben desatar
los nudos de mi timidez.
La gente roza y ratifico que la fe
es un tropiezo, un niño a salvo
o esta mujer.
Que está cantando a la vida,
que se desnuda ante su herida,
que lleva luces escondidas,
que está apostando por la fe.
Todos llevamos algún dios,
dentro del alma
o en la pared.