Aprendiste como un perro callejero que donde las dan las toman,
no siempre ganan los buenos.
Te enseñaron a pegar palos de ciego, excelente maniobra,
la de darlos tu primero.
Y no esperar a recibir, y no dejarlos satisfechos.
Ser falso para sonreir, pasar a ser parte del juego.
Te engañaron con dogmas y prohibiciones, con políticos de mierda,
con dioses y religiones.
Despreciaste la legislación vigente,
defendiste tus derechos con tus uñas y tus dientes.
Y no te dejaste pisar, viviste al margen de esta cuadra.
Besando la ilegalidad que tanto miedo da a los guardias.
Y nadie te puedo callar, tu fuiste tu propio dueño,
con tu propia libertad, lejos de mas pensamientos.
Y nadie te pudo callar, bonito final del cuento,
con tu propia libertad y con tus propios medios.