Mujeres son... mujeres... querelas como son.
Polleras son... polleras... esa es otra canción.
Allí, junto al estaño, tu rabia desahogás
porque una te hizo daño, a todas ensuciás.
No son todas iguales... te ciega ese despecho,
tu hombría resentida te dicta ese rencor.
Lo mismo son los hombres. No son todos derechos
y menos todavía en cosas del amor.
Depués de todo. ¿Qué querés?
¿Por qué vos pretendés
que tengan corazón?
Si cuando te lo han dado,
tras de haberlo burlado,
lo dejaste tirado
aquí en el bodegón.
Despues de todo, así pagás,
porque eso que llorás
más de una lo lloró;
aquella piba pura
que te amó con locura
para vos fue aventura
donde ella se perdió.
Mujeres son... mujeres... querelas como son.
Polleras son... polleras... esa es otra canción.
Ya sé que no son todas derechas, ya lo sé,
por eso es que ando solo... mirá si lo sabré...
Tal vez toda la culpa la tiene sólo el hombre,
la quiere blanca y pura para su diversión,
después a una cualquiera, le ofrece vida y nombre
y si le juegan sucio... llora en un bodegón.