Verdemar... Verdemar...
Se llenaron de silencio tus pupilas.
Te perdí, Verdemar.
Tus manos amarillas, tus labios sin color
y el frío de la noche sobre tu corazón.
Faltas tú, ya no estás,
se apagaron tus pupilas, Verdemar.
Te encontré sin pensarlo y alegré mis días,
olvidando la angustia de las horas mías.
Pero luego la vida se ensañó contigo
y en tus labios mis besos se morían de frío.
Y ahora... ¿qué rumbo tomaré?
Caminos sin aurora me pierden otra vez.
Volverás, Verdemar...
Es el alma que presiente tu retorno.
Llegarás, llegarás...
Por un camino blanco tu espíritu vendrá
Buscando mi cansancio y aquí me encontrarás.
Faltas tú... Ya no estás...
Se apagaron tus pupilas, Verdemar.