Oigo tu voz
engarzada en los acordes de una Iírica guitarra...
Sos milonga de otros tiempos... Yo te vi crecer
prendida en las polleras de un bailongo guapo y rompedor
como jamás ha de volver.
Nadie, tal vez,
comprendió mejor las penas y el sentir de mi barriada...
Sin embargo te olvidaron y en el callejón
tan sólo una guitarra te recuerda, criolla como vos,
y en su gemir tiembla mi ser.
Vuelvo cansado de todo
y en mi corazón lloran los años...
Mi vida busca tan sólo
la tranquilidad del viejo barrio...
Y encuentro todo cambiado menos tu canción, milonga mía...
El progreso ha destrozado toda la emoción
de mi arrabal.
Quiero olvidar
y tus notas van llenando de tristeza el alma mía...
He cruzado tantas veces ese callejón,
llevando entre los labios un silbido alegre y tu cantar
emborrachando el corazón.
Era feliz
entregado a las caricias de la única sincera
que acunó una primavera que no floreció...
Milonga, ya no puedo continuar... El llanto me venció...
Quiero olvidar... y pienso más.