ESKAINTZA
Si vienes a mi casa
siempre tendrás
un cenicero
vacío, limpio
para ti.
Si vienes a mi casa
siempre tendrás
una habitación
que recoja
un poco de silencio.
Apartada para ti
siempre habrá
una botella
de vino bueno
silencioso en el rincón.
Te recibiré
bien contento
sin el asalto
de preguntas
estériles que te invadan.