No perdimos la razón, no perdimos la memoria,
y nos da felicidad ver las vueltas de la historia.
Se cantan las injusticias, la alegría y la esperanza,
se canta en todos los tiempos, latitudes y mudanzas.
Sujétenme el corazón
que se me va pa' Santiago.
Apúrense que el dolor
es muy fuerte y me hace daño.
A cada uno su tierra, a cada uno su gente,
a cada uno su espacio, el sol en su continente.
La prueba de lo que digo al alcance de la mano,
llamada por el amor del latinoamericano.
Al otro lado está el río y no lo puedo cruzar,
al otro lado está el puente y no lo puedo atravesar.
Aquí me pongo a esperar la respuesta con el sí
y me quedo con ustedes cerquita de mi país.