Haze - Diario De Una Madre 歌词

Lucha sin tregua, amor sin condición.
La lucha de una madre que pelea con la angustia,
que va perdiendo el aire, se consume entre suspiros.
Y su juventud ahora es un castigo,
un jardín de flores mustias.
Maldita sea entre pensamientos de tristeza.
Camina sola bajo un cielo negro sin estrellas.
Busca a su hijo que se pierde en la maleza
de una jungla de asfalto o animales delincuencia
y no lo encuentra
Pregunta por el barrio y no lo encuentra.
Se nublan sus sentidos, se cierran las puertas.
Valiente busca en calles desiertas,
desiertas de amor, desiertas de paz, desiertas...


Dónde estás, dime mi vida dónde estás.
Mi corazón muere de pena por su ausencia.
Y él que bien murmura que ha perdio su inocencia
encarcela mi mieo y así sufro penitencia...

Querido hijo, te quiero (dos puntos)
Sueño que no duermo,
sueño entre lágrimas que brotan en silencio, lejos de
cristales,
lejos de esas rejas que susurran pensamientos
nauseabundos En...
cada misiva mis palabras un palacio
¿¿por qué Dios de mi vida pasa el tiempo tan
despacio??
La magia de mi alma se ahoga en este mar
en el que mi corazón muere, sufre al borde de un
naufragio
pero...no te preocupes estoy bien,
resisto arrodillá pido piedad
le pido ayuda a jesucristo.

Escúchame, no pueo más, escúchame
tú eres la luz que ilumina mis sentíos.
Tiende al amor del universo,
cuida a mi niño.
Escúchame y ayúdale
Dios de los cielos que está perdío.

Hija mía te escucho, y escucho tus plegarias,
tus ruegos, tus insultos...en cada vigilia diaria.
Cataratas de lágrimas que manan por tu almohada.
Escucho tu triste alma gritando en silencio cansada.
Lo siento, lo sedujo el diablo con muerte blanca,
cruzó por la oscuridad de un abismo de plata.
La noche de sus ojos le impedía ver el alba
la noche de sus ojos consumía su esperanza.

Hija salvé su alma, metí entre rejas su mirada
pero dejé volar su mente en libertad cuando soñaba
A veces cuervos se notaba muerte en la ventana
una celda que lloraba una celda desolada...

Hija mía te escucho, y escucho tus plegarias.
Hija mía tranquila, custodiaré su alma.


Dónde estás, dime mi vida dónde estás.
Mi corazón muere de pena por su ausencia.
Y él que bien murmura que ha perdio su inocencia
encarcela mi mieo y así sufro penitencia...(x2)

(el orti)
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