Imágenes,
se funden lentamente ante mis ojos;
imágenes,
cortometrajes sólo de escenas amargas;
imágenes,
de un drama antiguo todavía vivo
en el nuevo milenio.
Prosperidad,
del Occidente que engorda a los glotones;
prosperidad,
frío espejismo en las dunas siempre secas;
y austeridad
para los pobres de este mundo injusto
que viven de migajas.
Tú que ahora miras
este engranaje que ya se oxid¢,
nos vuelves a decir:
"tenéis que amar, tenéis que amar,
como lo hice yo".
Metrópolis,
grandes viveros en América Latina;
metrópolis,
de rascacielos, catedrales del consumo;
metrópolis,
vivero humano de lata y cartón,
corona de miseria.
Tú que ahora miras
este engranaje que ya se oxidó,
nos vuelves a decir:
"tenéis que amar, tenéis que amar",
Tu recompones
este rompecabezas que no va,
nos vuelves a decir:
"tenéis que amar, tenéis que amar,
como lo hice yo".
Imágenes,
se funden lentamente ante mis ojos;
imágenes,
proyectos de una economía de comunión;
imágenes:
de una ciudad que nace del amor,
"tenéis que amar, tenéis que amar,
como lo hice yo".