Vos sos florcita blanca de suave aroma,
Yo soy el alma errante de una canción.
Vos sos la mañanita que alegre asoma,
Yo soy la niebla de la oración.
El mundo a vos te brinda todas sus galas
Y sos la dulce dueña del porvenir;
Yo, vencido, pliego las alas
Y busco un sitio para morir...
Tu vida tiene un destino:
Encantar y reír y querer...
Yo marcho por el camino
Del profundo y tenaz padecer.
Dejame con mi tristeza,
Que estoy lejos, muy lejos de vos.
Tus ensueños recién comienzan
Y yo a los míos les digo adiós...
¡qué cruel es esta vida, que así, tan tarde,
Se acuerda de nosotros y nuestro amor!
Ahora, que tu encanto que ve cobarde,
Y me hizo vieio tanto dolor...
Un hombre ilusionado, por falsas huellas,
La imagen presentida buscó hasta hoy:
¡sos vos misma la imagen bella,
Mas yo, del hombre, ni sombra soy!