Por el desierto
un pobre camello pasó,
ofustalmut ala
Iba sediento, cansado,
muerto de calor,
marfajet marajha
Pero por suerte no lejos de ahí,
unas palmeras lo vieron venir,
y lo llamaron a voces diciendole así:
Si es que tú quieres beber,
si tú quieres descansar,
pues no dejes de venir acá.
Además has de saber
que te quiere conocer
cuanto antes nuestro Gran Sultán.
Solitario y quejumbroso
el turbante lo fatiga,
pues no tiene más negocio
que rascarse la barriga.
Jorobita, por favor,
ven a ver al buen Sultán
y así ya no tendrás más calor.
Dando traspiés en la arena
despacio avanzó
Iba sacando la lengua,
y se tambaleó ...
Y las palmeras, a todo correr,
desde el oasis salieron por él,
pues el cansado camello se iba a caer.
A la sombra del jardín
el sultán Balunk Salim
en la boca le sirvió un "ice cream".
El desmayo fue fugaz,
y el camello muy voraz
despertó para pedirle más.
Como a mí me sobra esbacio,
si usted quieres consentir,
te regalo mi balacio
todo entero bara ti.
Y a la diestra del sultán,
sentadito en un diván,
Jorobita se quedó a vivir.