Cerraron las cortinas
juntaron esa puerta
trataron de encontrar
una salida...
pero la madrugada
traía entre sus alas
al indeseable sol
de la partida...
Con fuego en la mirada
con frío en las palabras
le dijo de una vez
Me voy de casa
primero hubo silencio
después los pensamientos
salieron a librar
esa batalla...
No te vayas...
No te vayas...
Sentado en la escala
Rodrigo, en pijamas,
trataba de entender
lo que ocurría...
aunque a los siete años
la vida es un milagro
que tiene el corazón
de golondrina...
Entraban y salían
a ratos discutían
por cosas, que en verdad,
ya no importaban...
caía en mil pedazos
el cielo entre sus brazos
y ellos no miraron
hacia arriba...
No te vayas...
No te vayas...
Cuando él cerró la puerta
y la casa se hizo inmensa,
su madre lo encontró
sobre la escala
con los ojos abiertos
como dos universos
que aprenden el color
de la nostalgia...
Sin besos, sin palabras
el niño es quien la abraza
y aprieta los tobillos
a su espalda...
atrás de las pestañas
hay soles que se bañan
y mundos al revés
que valen nada ...
No te vayas...
No te vayas...