Desde la plaza de armas de un lugar cualquiera,
Te escribo una carta para que tú sepas lo que ya sabÃas,
Aunque no lo dijeras.
Espero que llegue a tus manos y,
Que no la devuelvas.
No hay dinero, ni castillos,
Ni avales, ni talonarios,
No hay en este mundo, aunque parezca absurdo,
Ni en planetas por descubrir, lo que aquà te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden
Te conocen, pero no llegan a ti.
Decidà por eso mismo, un mecanismo de defensa.
Presa como está mi alma, con la calma suficiente,
Ser más fuerte, y enfrentarme cuanto antes a la verdad,
Sin dudar un segundo, lo asumo,
Sólo tú puedes pagar el rescate.