Un pellizco en el alma
al oirte otra vez.
Tenerte de amigo
hace días pacte.
Cociencia calmada
parecía vivir,
en mi cuento de hadas
de un gran final feliz.
Y aquí estoy bebiendo a sorbos
con punzadas a escondidas,
evitando todo aquello
que me asfixia de la vida.
Sonriéndote de cerca,
observándote deprisa,
escuchando tus palabras
que en mi casa son caricias.
Ay, será posible que te quedes ahí?
Tú no te das cuenta
aunque en verdad quizás sí.
No te vistas de extraño
se entrecorta tu voz.
Me delato al mirarte,
te guardé en un rincón.
Te diré no pasa siempre
sólo a veces cuando callas,
me despisto y mi alma estalla
y sin más tu hacer me ganas.
Sonriéndote de cerca,
observándote deprisa,
escuchando tus palabras
que en mi casa son caricias.
Qué me das, qué me das
Qué me das, amor, amor
qué me das.
Y aquí estoy bebiendo a sorbos
con punzadas a escondidas,
evitando todo aquello
que me asfixia de la vida.
Sonriéndote de cerca,
observándote deprisa,
escuchando tus palabras
que en mi casa son caricias.