Tengo un amigo allá adentro,
Más allá de la piel o la mentira,
Un amigo prisionero que postergo,
Un espejo que nublo con mi olvido,
Un otro que soy yo y no reconozco.
Tengo un amigo allá adentro,
Más allá de la cárcel de mi pecho,
El inquieto compañero postergado,
Mi querido socialista del adentro,
Mi libertario maniatado.
Le pongo cerrojos y candados
Mientras canto libertades y mañanas,
Ay, mi tierno espejo prisionero,
A veces yo lo empaño de mis odios,
Lo torturo de mi olvido, lo abandono.
Y voy con otros a la calle
Mientras dejo encerradas las verdades
Del amigo prisionero que conoce
Que en el fondo lo llamo y lo reclamo
Como único posible compañero,
Como llave de otros cuerpos,
Como puente hacia tu mano.
Tengo un amigo tan frágil allá adentro
Que si sigo cantando se me muere.