Señores, voy a cantar
Un horrible sucedido
Que pocos habrán sabido
Y muchos han de ignorar
En cuautla, morelos, hubo
Un hombre muy singular
Que bajo su mando tuvo
A las gentes del lugar
Fue amado por los vecinos
Fue tenido como jefe
Y no hay uno que se deje
Quitarlo de sus caminos
Justo es que lo diga ya
Hablándoles, pues, en plata
Era emiliano zapata
Muy querido por allá
Su fama (triste, por cierto)
Las américas cruzó
Y el mundo se sorprendió
Al saberse que fue muerto
Las ardillas y las tuzas
Las liebres y hasta el tejón
Sus trampas y escaramuzas
Era su mejor lección
Que lo digan los vecinos
Que nunca le alzaban pelos
Si conocía los caminos
De todo cuautla morelos
Los federales quisieron
Darle alcance y se cansaron
Los maderistas siguieron
Y tampoco lo lograron
Huerta, que era muy entrón
Le pisaba los talones
Pero el otro le enseñó
Que tenía muchos... Calzones
Y en fin, el actual gobierno
Sin andarse con rodeos
Le dio sopa de... Fideos
Y lo despachó al infierno
Su cuerpo al fin sepultaron
Llenos de júbilo y gozo
Y muchos, muchos lloraron
Por sus culpas y reposo
Pero su alma persevera
En su ideal "libertador"
Y su horrible calavera
Anda en penas--- ¡oh terror!
Tal constancia a todos pasma
De la noche en las negruras
Se ve vagar su fantasma
Por los montes y llanuras
Se oyen sonar sus espuelas
Sus horribles maldiciones
Y, rechinando las muelas
Cree llevar grandes legiones
Extiende la yerta mano
Y su vista se dilata
Recorre el campo suriano
El espectro de zapata