Ay rosa, Málaga bella, biznaga de mi pasión,
donde yo aprendí a querer donde conocí el amor.
Ay rosa, Málaga bella, biznaga del corazón.
¿De qué me sirve volver? ¿De qué me sirve volver?
Si el amor se marchitó.
Preguntan las rosas ¿por qué fue al exilio?
Preguntan los lirios ¿por qué no volvió?
Tan sólo la luna y el amargo vino
saben los motivos de su corazón.
Cuentan que por rojo, por republicano,
que andaba enredao con un militar,
cuatro señoritos de pistola en mano
sin voz lo dejaron en la madrugá.