Una caja con herramienta de carpintero,
Un retrato tallado cuando era obrero,
Una casa que sin su risa esta vacía,
Ese lugar me recuerda tanto a mi padre,
Cuando el vivía
Bajo un cedro sacaba a flote su picardía,
De ese modo ahuyentaba un poco la melancolía,
Y moría como muere el sol tras el horizonte,
Día tras día, noche a noche,
El lo sabia.
Donde quieras que estés,
Donde tu alma llevó el señor,
Nunca morirás, dentro de mi siempre estarás,
Tu eres la sangre dentro de mi corazón,
Tu recuerdo es para mi una bendición,
Su figura se fue curveando al paso del tiempo,
Y la mezcla de alcohol en la sangre lo fue consumiendo,
Y sus ojos perdían el brillo que da la vida,
Era su vejez, terminaba ya su jornada,
Era la partida,
Su rostro marcaba ya la huella del tiempo,
Embriagado, la soledad, lo iba consumiendo,
Era un viejo de carácter fuerte y si un lamento,
Él se marcho, parecia que queria acabar,
Con el sufrimiento,
Fuiste la palabra mas tierna que he conocido,
Sin ser orgulloso, fuiste mi mejor amigo,
El que me cuidaba y me llamaba mi atención,
El que se esforzaba por el pan, y el buen abrigo.
De niño me diste la atención y gran cariño,
Y de adolescente pensé que eras mi verdugo,
Ahora que lo entiendo casi fuiste como un dios,
Como olvidar decir, padre, ¡padre!
Siempre estarás conmigo