Fuera de ti no soy, o soy distinto, con un rostro mortal que se apresura para ser quien no soy en la conjura de un paisaje total, tal vez distinto. No soy del tigre, sólo su bravura y los ojos sin luz, llama cansada, garra escondida en felpa u olvidada, sombra de un asesino en la espesura. Porque matar a veces es posible para quitarse un mal olor del pecho; el corazón se pudre muchas veces. Somos el tigre, un animal risible, que saca sangre sin ningún provecho de otras sangres, de venas, sombras, meses.