Quien da pan a perro ajeno
pierde el pan y también el perro,
no debí quererte siendo ajena
porque ahora tengo la pena.
Paso una luna, pasaron dos
y yo esperando que volvieras,
tus aretes en mi cajón
que vieron pasar dos primaveras.
Tu y me olvidabas tu
prometiste que al volver
no serian secretos nuestros besos.
Tu y me olvidabas tu
que fuiste a terminar con el
un viaje sin regreso y por eso
no, no, no, no quiero ya ni tus recuerdos.
Quien da pan a perro ajeno
pierde el pan y también el perro,
no debí quererte siendo ajena
porque ahora tengo la pena.
Guardaba flores en mi jarrón
y se marchitaban de cansancio,
en espera de la ocasión
que un día entraras por mi cuarto.
Tu y me olvidabas tu
prometiste que al volver
no serian secretos nuestros besos.
Tu y me olvidabas tu
que fuiste a terminar con el
un viaje sin regreso y por eso
no, no, no, no quiero ya ni tus recuerdos.
Quien da pan a perro ajeno
pierde el pan y también el perro,
no debí quererte siendo ajena
porque ahora tengo la pena.