(Son)
En una isla lejana
de palmeras, viento y soles
cantaban alegres sones,
la trataban como hermana.
Anda, guajito, canta,
canta tu son verdadero.
Anda, guajiro hermano,
tendrás que ser el primero.
En una isla lejana
codiciaban a su palma,
y se habló de libertad
pero se acabó la calma.
El buen vecino mostró
su rostro tan verdadero
que la palma se secó
y se angustió el cocotero.
La palabra libertad
la corrieron a los mares
y se volvió tan amarga
como sabor de las sales.
Entonces quedó tan sola
con su corazón herido
y se habló de los hermanos
como si fueran bandidos.
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