Hablábamos de cosas llamadas triviales,
rodeándonos la noche latía en estrellas...
montón de cosas viejas... marchitas... desiertas...
apenas si molesta pensar hoy en ellas.
Llegabas con la noche más buena del año
trayendo con tus sueños figuras de antaño,
un mundo de dos mundos besando tus labios...
envueltos en la sombra fugaz de aquel balcón.
Todo... todo...
enfrentó el pasado...
dado... lento...
a través del tiempo.
Después las golondrinas
huyeron a otros nidos
(a mundos ignorados),
caminos sin canción...
Nunca... nunca...
todo imaginamos,
dados... ciegos...
al amor inmenso...
Lloraron nuestros ojos
por todo lo pasado,
después los dieciséis
y todo igual a ayer.
Muchacha quinceañera... recuerdo marchito
al cabo de los años que dejan hastío...
vacío de este frío tan tuyo y tan mío,
mostrando al viejo mundo los sueños vencidos.
Ya no estará la noche guardando secretos
ni habrá en las calles nuestras un poco de sueño,
se harán los años idos paisajes eternos
y hablándonos de cosas tu voz tal vez vendrá...