Porque me arrastro a tus pies,
porque me doy tanto a ti,
y porque no pido nunca,
nada a cambio para mí.
Porque me quedo callada,
cuando me sabes herir,
con todos esos reproches,
que no merezco de ti.
Porque en la cama doy vueltas,
mientras tú finges dormir,
pero si quieres yo quiero,
y no consigo fingir.
Te has convertido en la p u n t a,
que clavas mis sentimientos,
te has convertido en la sonda,
más triste de mis lamentos.
Pero resulta que yo,
sin ti no sé lo que hacer,
a veces me desahogo,
me desespero porque.
Tú eres el grave problema,
que yo no sé resolver,
y acabo siempre en tus brazos,
cuando me quieres tener.
Tú eres el grave problema,
que yo no sé resolver,
y acabo siempre en tus brazos,
cuando me quieres tener.