(Bolero)
Porque te amé
las flores enviudaron,
cayó una estrella
herida por los celos,
entró el verano en mi alma
y murió el hielo
y suaves picafloras
me injuriaron.
Mi invierno se fue al sol
porque te amé,
retrocedió la noche atormentada
como una negra copa ya vaciada,
porque te amé, porque te amé,
porque te amé.
Porque te amé
dormí en el paraíso,
rompí los nudos,
liberé el secreto.
Me hice visible,
cómplice y concreto,
y me dejé caer bajo tu hechizo.
Y anduve mundo acompañándote,
con una mano
en que cabía tu mano,
al paso firme de mi amor pagano,
porque te amé, porque te amé,
porque te amé.
Nació tanto rosal y todo fue
casas amadas, lechos y ventanas,
y cada vez que abría la mañana
despertaba feliz, llamándote.
El mar me descubrió
porque te amé.
Me descubrió la hierba
y el rocío, me descubrió lo ajeno
y lo que es mío,
y ya nunca te irás,
aunque no estés.
Lancé al abismo el corazón sin fe,
abrí mi pecho
a la dulce aventura,
y te deberé siempre tanta altura,
porque te amé, porque te amé,
porque te amé.