Me piden, señores, que cante
y les cuente la historia de mi enamorado,
y quieren saber si mi amor fue tal vez
marinero o soldado.
Les voy a contar que nací a las orillas
de un río celeste
y el cielo era un río con piedras azules
y estrellas silvestres.
Se llama Bío-Bío.
Tan lejos está que no sé si aún existe
y en mi alma resuenan
cayendo sus aguas,
por eso estoy triste.
A veces de noche
escuchando las piedras azules
que el agua golpea,
despierto y no veo sino las paredes
que ahora me encierran,
y siento un dolor que me aprieta la boca
y que mi alma desgarra
hasta que descuelgo del muro la voz
de mi triste guitarra.
Y ahora pregunten
si fue marinero, si joven o viejo,
y yo les respondo:
mi amor es un río que corre allá lejos.