Dos instantes se han unido
en uno sólo, en el que vibro,
tan terribles y armoniosos
como el vaivén de un suspiro.
Uno me perfuma el alma
y lo inunda de tus olores,
el otro me quiebra el pecho
sin nada haber sentido
¡Ay Amor! como la serpiente
cambiaré de piel...
Como el horizonte, si te acercas
me alejaré
Dos instantes van unidos
en el único en que vivo.
Dos momentos caminando
en el mismo en que respiro.
Uno exige predominio,
el otro ser bien vencido...
Y así estoy,
entre la impresión de haberte visto
y este no saber no saber ¿por qué?
Y así voy
entre la impresión de haberte visto
y este no saber ¿por qué?
Y así voy,
quebrada, leve;
suspendida a ese dulce olor...