Me ha perdido la soledad, entre el tiempo perdido
Abrazando la necesidad, enfrentando el abismo
Miro al vacío sonrío al no merecer la pena
vivir los años que queden amargado
que trabajo me costo regalar una sonrisa
Reventando los barrotes que le puse a los minutos
De relojes que no paran, parecen tener prisa
En llegar al momento que cedimos al recuerdo
Pero aun no estoy muerto no hay quien mate al respeto
Que le debo a la vida esa puta que se escapa
Sin darme otros seis días pa acabar lo que empiezo
Que las ganas no faltan pero hoy me entretengo
Regalando una ilusión acompañada de simpleza
De palabras que me llegan y me guardo en la maleta
Enhebrando sin aguja en la memoria de cristal
Mil historias que los libros no se atreven a enseñar
Cuando no me quede nada en la maleta de viaje
Cuando la luz se termine será tarde para hablar
Reír, llorar gritar aunque nadie escuche
ser uno mismo sin avisar.