Y fumo en la noche junto al ruido
de las calles repletas de historias,
los párpados, como enfermos,
ya no ofrecen resistencia
y hacen el amor los gatos...
No pienso en ti,
pienso en ti,
en ti.
Y ladra algún perro aburrido
como siempre que cae la sombra,
me duelen todos los huesos,
y una lágrima indiscreta
me advierte que estoy llorando...
No pienso en ti,
pienso en ti,
en ti.
El aire rezuma olor a nicho
y olor a humo y olor a soga,
me estoy quemando los dedos
y los gatos no se enteran
y un perro me lame la mano...
No pienso en ti,
pienso en ti,
en ti.