En las arenas bailan los remolinos,
el sol juega en el brillo del pedregal,
y, prendido en la magia de los caminos,
el arriero va, el arriero va.
Es bandera de niebla su poncho al viento,
lo saludan las flautas del pajonal,
y, guapeando en la senda por esos cerros,
el arriero va, el arriero va.
Las penas y las vaquitas
se van por la misma senda,
las penas y las vaquitas
se van por la misma senda.
Las penas son de nosotros,
las vaquitas son ajenas,
las penas son de nosotros,
las vaquitas son ajenas.
Un degüello de soles muestra la tarde,
se han dormido las luces del pedregal,
y, animando la tropa dale que dale,
el arriero va, el arriero va.
Amalaya la noche traiga recuerdos
que hagan menos pesada la soledad,
como sombra en la sombra por esos cerros
el arriero va, el arriero va.