Por un poco de amor...
te di mi vida,
por un poco de fe,
te di mi sueño.
No puedo darte más
aunque me empeño,
si hasta en tu misma
piel hay sangre mía.
Pude darte mi pena,
y no hizo falta,
porque antes de quererla
habías tomado...
tu pena con mi pena
habías mezclado,
y con eso cerraste
tu garganta.
Me dio mucha tristeza
recordarte
que entre tu ser
y el mío...
hay un abismo.
Tu sonreíste desde
el vientre mismo,
y desde el vientre
comencé a adorarte.
Por eso, por un poco
de amor te dí mi vida,
por un poco de fe te
dí mis sueños.
¡No puedo darte más!,
aunque me empeño,
si hasta en tu misma
piel hay sangre mía...
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