Caminamos sin parar toda la noche
por la calle llena de casas y olor a podrido.
Cuando el sol salió yo tenÃa un par de cachetazos, dijo el Campeón,
y todos recordaron que una vez sonó la campana y el Campeón no cayó.
Cayó la gente
Cayeron los sueños
Cayó la mujer del Campeón
y el Campeón no cayó.
Nunca sonó tanto la campana.
La gente eufórica se puso de pie
PedÃa sangre.
Y el gran Campeón sacó un par de sopapos y derrotó a su rival
La gente siguió gritando
La gente se puso de pie
Y el Campeón se fue solo, con la lluvia de compañera.
Seguro y enloquecido luchó contra todos
y la policÃa lo puso igual.
Igual que siempre.
Nada le importó.