Te miro tras la pared de tus ojos de tu calor
te extraño, estás aquí en mi mente, en mis sueños.
Desnuda y frente al mar te recuerdo y tú no estás
malditas aquellas horas que robaste algo de mi.
Mi almohada cubre el vacío que dejaste aquella tarde
malditos sean tus besos, tus caricias que hoy me matan.
Y maldito sea tu cuerpo que hoy me ata a tu sudor
y malditas aquellas horas que robaste algo de mi.
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