un nobel en cualquier campo.
Y es que fuimos como dos astronautas,
si nos entraba la risa todo el mundo nos miraba
¡Vaya si lo recuerdo!
Tú me decÃas al oÃdo: "No escuches los raros son ellos"
"Los raros son ellos".
No imaginabas que soñaba en secreto
que te comÃa la sonrisa a besos.
Por eso aquella tarde frÃa de enero,
me quise morir.
No imaginabas que soñaba en secreto
que te comÃa la sonrisa a besos.
Por eso aquella tarde frÃa de enero,
me quise morir.
Cuando apareciste, corriendo hacia mÃ,