Bañada por soles, negra cabellera
rociada por la espuma el rio Magdalena
con el viento fuerte envuelta en la brisa
ansiosa y sedienta va por la ribera.
Simbra, simbra tu cintura,
olvidate ya tus penas,
piensa que eres cosa buena
de tu vida, costeñera.
Conversando a solas con su río amigo
cuando más lo enluta una pena negra
tratas de explicarle de tus amoríos
y en su nido llanto le ruega que vuelvas.
Se olvida las penas en el rancherío
se oyen los tambores, ritmo al rojo vivo
y en rueda formada con el griterío
ansiosos te llaman que vayas con ellos
Simbra, simbra tu cintura,
olvidate ya tus penas,
piensa que eres cosa buena
de tu vida, costeñera.