Mi ángel no se despidió
la noche que me abandonó.
Dejó vacío su lugar
y así descubrí la soledad. Quizás ya se cansó de mí,
no se lo reprocho.
Y sin embargo ha de volver,
velar por mí es su deber. Oh, ángel.
Cuídame,
sálvame
y después,
no me dejes nunca más. Mi ángel de la guarda está
volando por el más allá,
con nuevas órdenes tal vez
y yo siento pánico sin él. Ayer mi ángel regresó
con las alas sucias,
durmió dos días de un tirón
al lado de mi corazón. (estribillo)