(recitado)
Las ojeras de rimel, la boca pintada de azul
la city porteña, la acuna en sus calles, desiertas aún...
Un hilo de sangre, baja por los labios, los pechos,
la media corrida y un gesto prohibido y obsceno en la cara.
Una jeringa pisada se lame el asfalto, los coches,
el pelo rubio teñido, Marilyn o Madonna, las diosas
tiene colmillos, el que la arrojó del auto, al alba,
entre sus dedos de niña, un dólar sangriento cotiza...
Y los hombres pasan...
adorando pizarras sangrientas,
la city despierta
y los hombres pasan
pasan y no miran,
pasan y cotizan
cotiza la bolsa,
la city cotiza.
Relojes feroces...
La bolsa o la vida.
(recitado)
Las ojeras de odio, la cara de un pibe, de doce
por dos patacones dejó un tipo tirado, desangrándose,
ni gritos ni voces, ni la policía, silencio...
Porro, pegamento, falopa, alcohol de quemar,
sueños abortados, la mina que muere tirada del tren
mientras la violencia de una sobredosis se carga otros diez.
Se me va la vida, por las cañerías, queriendo entender
entre sus dedos de niño, un arma cargada, gatilla...