En el año en que el rey uzias falleció
Contemplé al señor sentado sbre un trono de esplendor
Y pude escuchar los serafines decir al cantar
Santo, santo, santo! El señor por siempre es
Y la casa comenzó a temblar
Por la gloria del que estaba allí
Y la voz del señor se escuchó
¿Quién irá, quién irá por mí?
Me sentí morir al comprender que indigno fui
Y desesperado exclamé: ¡muerto ahora seré!
Pero un serafín voló hacia a mí con brasas del altar
Y al tocar mis labios, toda culpa me quitó
Heme aquí, envíame a mí
Anda y di lo que en ti pondré
Este es el mandato que os doy
Por el mundo id y predicad