Siento un ahogo que aprieta en mi cuello,
una resaca que me hace sudar.
Es la rutina que pega en la cara
cada mañana de forma frontal.
Volveré a perderme en la calle,
entre ruido y algún empujón.
Buscaré una salida de aire,
un refugio para la evasión.
Mucho castigo salpica en la acera,
y al que no encaja le queman los pies.
Modas postizas que marcan fronteras,
sogas que amarran pisando el talón.
¿Dónde iré, esta noche?
Si todo huele a dictador.
Otra vez, ¡cómo huele!
Estoy cansado, me falla el rumbo,
por querer y no poder.
A la deriva, como un vagabundo,
me puedes ver.
Volveré a perderme en la calle,
entre ruido y algún empujón.
Buscaré una salida de aire,
un refugio para la evasión.