Algún día escaparé, saltaré al vacío,
mis plumas de ángel al viento, al viento del olvido,
la cama por hacer y el diario también, también.
Los ecos de una vida mucho mejor
acariciarán mi piel, volveré a sonreir,
la cama por hacer y el diario también, también.
Este es el último dolor de cabeza, la última queja.