Sé bien que los frentes no están claros,
que se asoman genocidas por las grietas del pasado.
Sé bien que no quedan referentes,
que les negaron la entrada por faltarles los papeles.
Me da igual que el vaso esté
medio lleno o medio vacío si no sacia tu sed.
Quién me defenderá de quien me quiere,
de la paz, de sus embargos, de sus alquileres.
No puedo pensar que todas las batallas están perdidas.
Pobre de aquel que nos recuerde que la historia se termina.
Un rumor de alas y tormenta inunda toda la avenida.
En los muros leí los gritos que nos dan bienvenida.
Prende la luz, tapa la calle ya,
que andan reunidos los coyotes
y aquí en el sur el alba traerá
una lluvia sin fin,
el final de la noche.
Prende la luz de la memoria y sal,
que anda reunida la alimaña,
recuérdales tú que en esta aldea ya
soñar es peligroso y respirar toda una hazaña.
Toda una hazaña.
Se preguntan si en Marte hay vida
y no sé si aún existe cerca aquí en las Barranquillas.
No deberías pagar tus deudas,
ellos cobraron con creces, ellos abrieron tus venas.
Yo ya no sé si somos de los nuestros,
si llegaremos a Ítaca, quizás sea lo de menos.
Si sellamos las puertas del olvido labio a labio,
si el futuro aún nos espera dormido entre tus brazos.
No le daré la razón a quien celebró mi entierro.
Este paraíso fue habitado y ya no está desierto.
Un rumor de alas y tormenta inunda toda la avenida.
En los muros leí los gritos que nos dan bienvenida.
Prende la luz, tapa la calle ya,
que andan reunidos los coyotes
y aquí en el sur el alba traerá
una lluvia sin fin,
el final de la noche.
Prende la luz de la memoria y sal,
que anda reunida la alimaña,
recuérdales tú que en esta aldea ya
soñar es peligroso y respirar toda una hazaña.